lunes, 15 de noviembre de 2010

Anduve por el dorso de tu mano



Anduve por el dorso de tu mano, confiada,


como quien anda en las colinas

seguro de que el viento existe,

de que la tierra es firme,

de la repetición eterna de las cosas.

Mas de repente tembló el universo:

llevaste la mano a tus labios y bostezando

abriste la noche como una gruta cálida.

Llevabas diez mil siglos despertando

y el fuego ardía impaciente en tu boca.

De "Hainuwele" 1990, Chantal Maillard

2 comentarios:

  1. Pues que me dices que este ? ( ;
    Te supe frágil y desnudo,
    tan frágil eras, tan desnudo
    que se quebró tu sombra al respirar.
    Abrí la puerta y las voces del agua
    adoptaron la forma de tu cuerpo.
    Tan leve parecías, tan al borde
    de ti
    que la noche aprendió
    el modo de dormirse sobre el rio.

    De "La otra orilla" 1990

    Si no has leído a la Maillard merece la pena, un poco inquietante, pero a mi me gusta

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