martes, 15 de junio de 2010

jueves, 10 de junio de 2010

Lo que yo quiero


Yo quiero aquí  impresa  dejar mi huella
escrita en tu cuerpo y sus rincones.
Yo quiero de tu vientre hacer mi casa
hasta abarcar  tu gozo y tus dolores.
Quiero poblar tu risa y tu mirada
hasta morder las letras de tu nombre.
Yo no quiero dejar sólo la huella de arena
y mar que escribe la resaca.
Ni ser fugaz rumor entre las ramas,
visita veloz de aire en tu arboleda.
Yo quiero ser de tu río la piedra .
De tu torrente la corriente brava.
De tu mañana quiero ser escarcha .
Y de tu viento el norte y la veleta.
Enrique Tomás,  de Almario de palabras, 1999.

martes, 1 de junio de 2010

Moises


" El retrato, como el paisaje, no es una realidad, sino una visión. El rostro puede ser una idea, un campo desde donde decir muchas cosas. Mis personajes son un poco rebeldes, con mucho carisma y vidas peculiares. Sus rostros narran, bajo la piel, historias singulares e insólitas sobre nuestra época. Hostiles a veces, casi siempre frágiles y a menudo heridos detrás de la opacidad de su máscara, ellos representan unas determinadas realidades sociales y, a veces, otro concepto de la belleza.
Cada encuentro es como cada uno de mis viajes. Me gusta improvisar, descubrir sin reglas. Desde que subo a mi coche y hago de él mi estudio y, en ocasiones, mi nuevo hábitat, estoy abierto a los encuentros fortuitos, y una vez que tomo la cámara, cada sesión de retratos es como una catarsis, como una terapia. Un trabajo que es “un ensayo contra el olvido". Una visión de la vida a través de una hendidura” .  Así define Pierre Gonnord su trabajo fotográfico.
Sus fotografías abordan el significado profundo que puede contener una cara como expresión del individuo. Enmarca el rostro sin más información añadida, no hay gestos o marcas que nos ayuden a describirlo, "solo" una cuidada iluminación, el fondo negro, el predominio de la mirada y los grandes formatos.
En sus retratos cohabitan el silencio, la belleza, la pureza, la dureza o el frío y  nos obligan a reconocer en ellos a un ser humano, testigo y narrador de su propia historia.
El rostro es el centro del retrato y nos lo muestra convertido en mirada que surge desde el fondo negro para afectarnos y contar su historia, sacando a la luz todo aquello que hay bajo la piel.
Con cada retrato Gonnord identifica el arte en la realidad.
" Pierre Gonnord "