miércoles, 26 de mayo de 2010

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?

Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,
Que nadie establece normas salvo la vida,
Que la vida sin ciertas normas pierde forma,
Que la forma no se pierde con abrirnos,
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar,
Que el odio y el amor son afectos
Que la agresión porque sí hiere mucho,
Que las heridas se cierran,
Que las puertas no deben cerrarse,
Que la mayor puerta es el afecto,
Que los afectos nos definen,
Que definirse no es remar contra la corriente,
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
Que negar palabras implica abrir distancias,
Que encontrarse es muy hermoso,
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida parte del sexo,
Que el "por qué" de los niños tiene un porque,
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad,
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer,
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
Que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debimos recibir antes,
Que para que nos den hay que saber también cómo pedir,
Que saber pedir no es regalarse,
Que regalarse es, en definitiva, no quererse,
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
Que para que alguien "sea" hay que ayudarlo,
Que ayudar es poder alentar y apoyar,
Que adular no es ayudar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
Que las cosas cara a cara son honestas,
Que nadie es honesto porque no roba,
Que el que roba no es ladrón por placer,
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
Que se puede estar muerto en vida,
Que se siente con el cuerpo y la mente,
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desangrarse,
Que para no ser heridos levantamos muros,
Que quien siembra muros no recoge nada,
Que casi todos somos albañiles de muros,
Que sería mejor construir puentes,
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
Que volver no implica retroceder,
Que retroceder también puede ser avanzar,
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?
Mario Benedetti

jueves, 20 de mayo de 2010

La puta y la ballena

Sin saber cuándo ni cómo, Vera perdió el paso: está varada.Decide separarse y acepta un trabajo que le permitirá marcharse de Madrid por un tiempo: escribir un libro sobre el trabajo de un fotógrafo argentino muerto en la Guerra Civil. Un antiguo amante le enseña las fotografías del argentino que han llegado a sus manos junto a una inquietante carta. Vera presiente el cáncer antes de ver la foto de la mujer muerta con un boquete en el pecho, la amada fantasmal de esa carta del pasado que Vera lee como si fuera destinada a ella. Vera persigue hasta la Patagonia a la prostituta asesinada junto a una ballena y al fotógrafo que huye de una historia de amor de otros tiempos, que es el preludio de su propio encuentro con un desconocido en la misma cama de burdel en la que los protagonistas de su novela juraron no enamorarse nunca. Setenta años después de la primera varadura, la misma ballena vuelve a la playa a morir. Sola en el fin del mundo, Vera baila un tango con la muerte, se despide de la que fue y sepulta el dolor en las profundidades del mar.

viernes, 14 de mayo de 2010

Regresa

Vuelve a menudo y tómame,
amada sensación, regresa y tómame.
Cuando la memoria del cuerpo despierta,
su viejo deseo vuelve a rodar en la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan
mis manos sienten como si tocaran de nuevo.
Vuelve a menudo y tómame, en la noche,
cuando mis labios y mi piel recuerdan...
K.Kavafis

Mi lengua no deja de agitarse sobre el contorno de tu piel, te dibuja. Perfila la suave definición de tus colores, disminuyendo su intensidad, aumentándola por instantes. Acaricia el lóbulo de tu oído, ese con el que escuchas el aumento de mi respiración, ese con el que comienzas a sentir el incremento de mis jadeos. Mis labios se pegan a tu sexo convirtiéndose en una parte más de él. Lo recorren hambrienta, sedienta, sintiendo cada poro en mis labios. Mi boca se empapa de tu sabor, de tu intensidad y soy incapaz de dejar de lamer, de chupar, de succionar, de beber hasta la última gota de tu savia. La hago mía. La saboreo en mis labios como dulce néctar y la guardo en mis labios, para ofrecértela, para que te entregues completamente. Y así entregado en mi cama lames mi sexo hasta saciarte, hasta que tu boca se llena de mi...

domingo, 9 de mayo de 2010

La grieta

"La Grieta” es el término usado para denominar a unas criaturas femeninas que conforman un mundo fantástico creado por Doris Lessing y el origen de nuestro mundo. Un día, una de ellas da a luz a un hombre, que las demás consideran como un monstruo, por la protuberancia que aparece entre sus piernas. Este hecho provoca que lo abandonen a su suerte sobre una roca, donde morirá. Sin embargo, tras él nacerán otros. Nos lo cuenta un patricio romano, que como guardián de unos documentos antiguos, que a su vez se remontan a testimonios orales aún anteriores, se plantea como aprendieron a convivir nuestros ancestros e imagina sus primeros encuentros, las peleas, los reproches, el deseo de tocar y penetrar otros cuerpos, hasta llegar a ese primer gesto de ternura que nos definió para siempre como seres humanos.



"Él negó con la cabeza y ella grito ¿Están muertos entonces? ¡Has matado a nuestros niños!!!. Oh tendría que haberlo supuesto. Eres tan imprudente, no te preocupas…se quedaron ahí, la una frente al otro, en la orilla de esa espléndida playa que pronto albergaría a todas las mujeres y criaturas y a los hombres que las visitarían. Estaba henchida de rabia, mientras él permanecía ahí, abatido, culposo, incriminado. Marona gritó y no cesó de gritar hasta que su voz enronqueció y enmudeció, y se quedó mirándolo, pero mirándolo de verdad. Estaba temblando, abrumado por el dolor que ahora de verdad sentía, porque la magnitud de la pena de ella le mostraba la gravedad de su error. Y ella lo vió, lo entendió. Se dió cuenta, y realmente comprendió lo que significaba esa lastimosa pierna, esa pierna marchita y retorcida.
 La ternura no es una de las cualidades que acostumbremos a asociar a la juventud. La vida nos la inculca a fuerza de golpes, nos hace más dulces y dúctiles de lo que nuestro orgullo juvenil nos había permitido. Jorsa vió a Marona como nunca antes la había visto. Tal vez la había sentido (más de lo que la había observado) como una presencia acusadora. Vió a una niña estremecida, toda cubierta de polvo blanco, aunque las lágrimas habían borrado los últimos grumos de su rostro. Estaba tan afligida, tan indefensa: la madurez le llegó en ese instante, cuando avanzo hacia ella para abrazarla y ella le abrió los brazos”

miércoles, 5 de mayo de 2010

Por saber que tú existes





Si te queda la mitad del desconsuelo
la décima parte
la milésima parte del desconsuelo
eres inviolable.

(Vulnerable, inviolable).
Si la algarroba te confía
un ángulo de dulzura en la boca
y conservas todavía en las palmas de las manos
el seco calor tan leve de tus muertos
seguramente eres tan vulnerable
como inviolable
y yo casi lo mismo por saber que tú existes.
Jorge Riechmann